El termino piragua se usa en muchos lugares y en términos generales para referirse a cualquier artilugio que, impulsado por palas, se desliza sobre el agua. Sin embargo es preciso matizar que, independientemente de la piragua, son dos las embarcaciones que perviven desde tiempos remotos y que encuentran sus orígenes en distintas culturas: la canoa y el kayak.
La canoa es un invento de los indígenas. Les hemos visto en numerosas películas encima de estas embarcaciones. A día de hoy, éstas conservan uno de sus principales elementos de diferenciación: para desplazarse con ella se emplea una pala de una sola cuchara. Recurrimos a una imagen más actual y fácilmente reconocible por todos: David Cal, el medallista olímpico español, compite en una canoa.

Los kayaks, por su parte, son originarios de los pueblos esquimales. Más concretamente, se atribuyen a los inuits. El kayak de hoy es un útil deportivo o está estrechamente relacionado con el ocio, pero su invención y desarrollo vino a satisfacer una necesidad tan básica como la supervivencia. Enfundados en trajes de piel de foca para no morir congelados, los esquimales los utilizaban para adentrarse en el agua y poder pescar o para llegar a sitios en los que podían cazar. Para desplazarse con ellos, estos hombres se valían de palas con dos cucharas.

Ambas embarcaciones son hoy en día objeto de una gran especialización. Existen muchos tipos de kayaks, en función del uso que se les quiera dar y la lámina de auga en la que se vayan a utilizar: kayak de mar, kayak de pesca, kayak surf, kayak free style, kayak para creek, para slalom, para polo, para rafting… Lo mismo sucede con las canoas: los fabricantes han conseguido adaptar los modelos a las distintas modalidades.
A medio camino entre las canoas y los kayaks encontramos las que en España denominamos piraguas autovaciables, técnicamente (y en otros países) llamadas sit on top. Se caracterizan por contar con un agujero que comunica la parte superior de la embarcación con la inferior (un mecanismo para drenar el agua), y por su elevada flotabilidad. Como en el kayak tradicional, el usuario se sienta y sitúa sus piernas hacia la proa, pero en este caso los miembros inferiores no van cubiertos (no hay un cubrebañera u orificio en el que se introduce quien palea). Un autovaciable es apto para todos los públicos, y no es necesario tener conocimientos previos para su uso, puesto que cuenta con gran estabilidad y, en caso de caída, la persona se verá en el agua sin sujeciones a la embarcación, a la que podrá volver a subir sin mayores problemas.

El sit on top no deja de ser una evolución que acerca el kayak a todos los públicos. Las autovaciables más preciadas son las fabricadas para la pesca. En estas fechas es muy habitual verlas en nuestras cosas y, como comentamos, el catálogo es muy amplio. Es una moda, pero también la puesta en valor de una práctica milenaria.
En resumen, el kayak proviene de los esquimales, la canoa de los indios y piragua es un término que habitualmente usamos en España de forma genérica.